miércoles, 20 de mayo de 2015

Este deseo imperioso de morir, con el que he nacido, me aburre. Hoy, por ejemplo, estoy muy aburrida. Yo tengo ganas y un poquito de conocimuento pero no tengo cancha, no sé cómo se hace y saben... siento que mi amorcito corazón le apostó al que no era, le puso todas las ganas y se va a tener que comer mi tirada con mantequilla, como dice él.
A mí me da mucha alegría que él me hubiera salvado la vida, siento como un acto de amor que me den la línea popular, esa de hacer libros que los autores no escriben para lectores que no leen. Pero también siento que me estoy dejando morir y el pedo es que me van a dejar ir si no pongo pilas. La chica del frente toma fluoxetina y clonazepam y yo... Yo respiro porque he estado cerquita de morir, de tener esas muertes de la vida real, de esas en donde ya no respiras y ni puedes cambiar.
El amor y el sexo hoy me valen forro, quiero editar, quiero ser como Marcel, quiero saber y leer y eso voy a tener que hacerlo mientras todo lo otro pasa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario